Desead ser solo para Dios, nuestro Creador y Redentor, puesto que os habéis entregado a Él, de lo que yo mismo he sido testigo. Querría que no lo olvidarais, pues Él se ofreció a la muerte por vosotros.
Tendréis combates, y no muy pequeños, porque vuestros enemigos son muchos y muy crueles; por tanto, no os descuidéis, que, si no, estáis perdidos. Si los que vigilan tienen que esforzarse en guardarse, ¿qué pensáis que les ocurrirá a los descuidados, sino que serán vencidos?
San Juan de Ávila
Extracto de la Carta 17. Epistolario. Ediciones Palabra, 2017 p. 167.