Abre la puerta a Cristo y entrará.
Échate en brazos de aquel a quien buscas;
acércate a él y serás iluminado.
No le dejes marchar, ruégale que no se vaya.
Que tu alma viva pendiente de su palabra.
Sé constante en encontrar
las huellas de la voz celestial
pues pasa velozmente.
San Ambrosio de Millán
Publicado en: Oraciones con espíritu, VVAA, Ed. Fundación Maior, 2020 pp. 44-45.