Tú eres el santo, Señor Dios único, el que haces maravillas.
Tú eres el fuerte, tú eres el grande, tú eres el altísimo,
tú eres el rey omnipotente;
tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses;
tú eres el bien, todo bien, sumo bien,
Señor Dios vivo y verdadero.
Tú eres el amor, la caridad;
tú eres la sabiduría,
tú eres la humildad,
tú eres la paciencia,
tú eres la hermosura,
tú eres la mansedumbre;
tú eres la seguridad,
tú eres la quietud,
tú eres el gozo,
tú eres nuestra esperanza y alegría,
tú eres la justicia,
tú eres la templanza,
tú eres toda nuestra riqueza a saciedad.
Tú eres la hermosura,
tú eres la mansedumbre,
tú eres el protector,
tú eres nuestro custodio y defensor;
tú eres la fortaleza,
tú eres el refrigerio.
Tú eres nuestra esperanza,
tú eres nuestra fe,
tú eres nuestra caridad,
tú eres toda nuestra dulzura,
tú eres nuestra vida eterna, grande y admirable Señor,
omnipotente Dios,
misericordioso Salvador.
San Francisco de Asís
Publicado en: Oraciones con espíritu, VVAA, Ed. Fundación Maior, 2020 pp. 26-28