¡Oh Señor!, tú has creado todas las cosas. Tú les has dado su ser
y las has puesto en equilibrio y armonía. Están llenas de tu misterio,
que toca el corazón si es piadoso. También a nosotros, ¡oh Señor!,
nos has llamado a la existencia y nos has puesto entre ti y las cosas.
Según tu modelo nos has creado y nos has dado parte de tu soberanía.
Tú has puesto en nuestras manos tu mundo, para que nos sirva
y completemos en él tu obra. Pero hemos de estarte sometidos,
y nuestro dominio se convierte en rebelión y robo si no nos inclinamos ante ti,
el único que llevas la corona eterna y eres Señor por derecho propio.
Maravillosa, ¡oh Dios!, es tu generosidad.
Tú no has temido por tu soberanía al crear seres con poder sobre
ellos mismos y al confiar tu voluntad a su libertad.
¡Grande y verdadero rey eres tú!
Tú has puesto en mis manos el honor de tu voluntad.
Cada palabra de tu revelación dice que me respetas
y te confías a mí, me das dignidad y responsabilidad.
Concédeme la santa mayoría de edad, que es capaz de aceptar la ley que tú guardas
y de asumir la responsabilidad que tú me transfieres. Ten despierto mi corazón
para que esté ante ti en todo momento, y haz que mi actuación se convierta
en ese dominio y esa obediencia a que tú me has llamado.
Romano Guardini
Publicado en: Oraciones con espíritu, VVAA, Ed. Fundación Maior, 2020 pp. 34-35.