La columna de nube

Guíame, Luz Amable, a través de la penumbra,
¡Guíame tú!
La noche es oscura, estoy lejos de casa;
¡Guíame tú!
Cuida mis pies; no pido ver
el horizonte a lo lejos, me basta un paso.
No fui siempre como ahora; no acostumbraba pedirte
que me guiaras;
siempre quise elegir y ver mi camino, pero ahora
¡Guíame tú!
Amé los días brillantes, y por encima del miedo
el orgullo me podía: no recuerdes esos años.
Cuánto tiempo tu poder me ha bendecido;
de seguro podrá guiarme ahora,
por rastrojos y malezas, por pendientes y quebradas,
hasta que cese la noche.
Con la mañana sonríen aquellos ángeles
que yo había amado de lejos
y que un tiempo había perdido.

San John Henry Newman

Publicado en: Oraciones con espíritu, VVAA, Ed. Fundación Maior, 2020 pps. 81-82.

Compartir: