Ven, Espíritu Santo, inflama nuestros corazones en las ansias redentoras del Corazón de Cristo para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras en unión con él por la redención del mundo.
Señor mío y Dios mío Jesucristo, por el Corazón Inmaculado de María, me consagro a tu Corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu Santo Sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino.
Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro obispo y sus intenciones, por nuestro párroco y sus intenciones.
Apostolado de la Oración
Publicado en: Oraciones con espíritu, VVAA, Ed. Fundación Maior, 2020 p. 19.