«Recemos por las mujeres religiosas y consagradas, agradeciéndoles su misión y valentía, para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos de nuestro tiempo».
«Sed mujeres que creen en lo revolucionario de la ternura y del cariño. “Vuestra llamada pone de relieve la inagotable y multiforme riqueza de los dones del Espíritu del Resucitado, que hace nuevas todas las cosas. Al mismo tiempo, es un signo de esperanza. Una consagración que tiene la peculiaridad de vivirse en su ambiente social y cultural ordinario, arraigadas en una Iglesia particular, en una forma de vida antigua y al mismo tiempo nueva y moderna.
El don de vuestra vocación se manifiesta en la ‘sinfonía de la Iglesia’ que se edifica cuando puede reconocer en vosotras mujeres capaces de vivir el don de la sororidad. ¡No apaguéis la profecía de vuestra vocación!. Estáis llamadas, no por mérito vuestro, sino por la misericordia de Dios, a hacer resplandecer en vuestra existencia el rostro de la Iglesia, Esposa de Cristo.
No cerréis los ojos y no huyáis, atravesad con delicadeza el dolor y el sufrimiento, perseverad en proclamar el Evangelio de la vida plena para todos.»
Intención de oración Papa Francisco. Febrero.
Extracto del mensaje en el 50 aniversario del renovado Orden de las Vírgenes.