Por las mujeres religiosas y consagradas (II)

«Recemos por las mujeres religiosas y consagradas, agradeciéndoles su misión y valentía, para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos de nuestro tiempo».

«Todas las religiosas, todas las consagradas deben vivir místicamente, porque su vida es un matrimonio; su vocación es una vocación de maternidad, es una vocación de estar en el lugar de la Madre Iglesia y de la Madre María. Piensan que ser místico es ser una momia, siempre rezando… No, no. Se debe rezar y trabajar según el propio carisma; y cuando el carisma te lleva a seguir adelante con los refugiados, con los pobres se debe hacer.

Si hacéis el bien, con oración, ante Dios, asumiendo todas las consecuencia de vuestro carisma, seguid adelante, estad preparadas para la difamación y la calumnia, porque el Señor eligió este camino para Él mismo. Y nosotros, obispos, debemos custodiar a estas mujeres que son icono de la Iglesia, cuando hacen cosas difíciles y son calumniadas, y son perseguidas. Ser perseguidos es la última de las Bienaventuranzas».

Intención de oración Papa Francisco. Febrero.

Extracto del Discurso a la Unión Internacional de Superiores Generales.

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